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Muerto un presidente, muerta la esperanza boliviana





"Caminaremos juntos en la gran tarea histórica de América Latina. Ha llegado la hora de la gran reparación de una injusticia cometida contra Bolivia.
Chile tiene una centenaria deuda con Bolivia y estamos dispuestos a emprender una solución histórica. Bolivia retornará soberana a las costas del Pacífico".

Esas fueron algunas de las palabras más sobresalientes de Salvador Allende en una entrevista concedida al escritor boliviano Néstor Taboada. Palabras que desgraciadamente no pudieron convertirse en hechos por magnicidio perpetrado por los militares chilenos financiados por la CIA y el gobierno norteamericano.
11 de Septiembre de 1973, exactamente hace 35 años: Salvador Allende Gossens, hasta ese entonces presidente chileno era víctima de un golpe de estado y atacado en la mismísima casa de gobierno: La Moneda en Santiago de Chile por las Fuerzas Armadas chilenas lideradas entre otros por Augusto Pinochet que luego asumiría la presidencia del país por 17 años.


El presidente Allende (en el medio) con casco y armado con un fusil AK-47 dispuesto a resistir el ataque de los golpistas.


Caricatura de Carlos Latuff que muestra al presidente Allende resistiendo el ataque a La Moneda el 11 de septiembre de 1973.

Muchos de nosotros aún no habíamos nacido entonces, pero siguiendo más de cerca lo ocurrido en el corto período de Salvador Allende es imposible dejar de encontrar ciertos paralelismos con los hechos que transcurren en la Bolivia de ahora.

Salvador Allende era un presidente socialista (como Evo pero más moderado) que llegó a presidente después de tres fallidos intentos en tres elecciones. Finalmente a la cuarta se le hizo y entre sus planes de gobierno estaban la nacionalización o estatización de las empresas y recursos claves de la economía chilena (cobre, salitre), una nueva reforma agraria y la modificación de la constitución chilena entre muchos otros.
Los más perjudicados resultaron ser los oligarcas chilenos y los capitalistas norteamericanos que no se quedaron de brazos cruzados y recurrieron al boicot contra el gobierno socialista llegando incluso a darle dinero a los medios conservadores chilenos para desacreditar a Salvador Allende de la manera más feróz y malintencionada además de organizar y financiar actos terroristas, manifestaciones violentas, desabastecimiento de productos, enfrentamientos entre grupos civiles, etc. etc.
¿Acaso no parece un calco de lo que ocurre en Bolivia ahora mismo?
Con todos esos problemas encima, resulta obvio que Salvador Allende no tuvo tiempo para ocuparse de la demanda boliviana y uno no puede más que lamentarse de la suerte de aquel noble presidente que terminó entregando su vida aquel 11 de septiembre y cuyas nobles intenciones de haberse concretado hubieran sellado la paz y la hermandad entre chilenos y bolivianos forever and ever…


:Imágenes prestadas: La sin par y sin igual Wikipedia.

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