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EL TOP TEN -2 de los mejores momentos con el Tiburón

EL TOP TEN -2 de los mejores momentos con el Tiburón

 

 

 Edwin Llusco Quispe   TIBURON ACEDIA

   

(08). La Frase Célebre.

Diciembre de 2000. Otro concierto organizado por el querido Tiburón. Acedia por supuesto estaba entre las bandas que iban a participar del mismo. Ocurrió que en un arrebato de locura (o capricho) nuestro bajista de entonces decide no participar a último momento. Por supuesto que la noticia nos llegó al huevo más por que no había un justificativo razonable para que él tomara tal decisión.

Antes de enterarse, Edwin estaba tan entusiasta con la organización que nos dio pena comunicarle la mala nueva. Pero no tuvimos otra que decírselo. Su reacción no la esperábamos pues creímos que llevado por la rabia y la ira iba poco menos que despedazar al desertor.

En lugar de eso respondió con un silencio de dos minutos, sin saber como responder,  para terminar diciendo:

 

“Me siento mamado…”

 

Una frase sin importancia tal vez pero que por el momento y por la forma en como la dijo (digna de la mejor actuación dramática), en Acedia la pusimos al nivel del razonamiento filosófico de Shakespeare con su “Ser o no ser…” o Terminator con su “I’ll Be Back” o Bart Simpson con su “Yo no fui…”

 

 

(07). La guerra de comida.

Septiembre de 2001. Cumpleaños de Edwin. Ese año supimos que nuestro amigo Franco “Slayer” (baterista de Innatural Conception, Black Simphony, Agaliarepth) también cumplía años el mismo día. Nos habíamos reunido en el célebre Faro de Conchupata para celebrar el día con un poco de alcohol junto a Orlando Clavijo y Christian Taboada (Crucifexus).

Ya avanzada la tarde, Edwin nos invita a continuar celebrando en su casa donde su familia lo esperaba con un banquete en su honor el cual disfrutamos los cinco hasta que alguien pensó que sería divertido estrellarle una cáscara de plátano de freír a Franco en la cara. Franco recibió el impacto y cinco segundos después empezó a lanzarle papas, ensalada de cebolla y zanahoria a todo mundo en pos de vengarse del culpable que no era otro que Orlando quien había empezado la guerra. Nosotros por supuesto no nos quedamos atrás y respondimos al ataque reclamando nuestra inocencia.

 

 

(06). La dualidad en el Mundo Andino.

Junio de 2002. Un miembro de la banda cae en desgracia y queda con la espalda malherida y un ojo malogrado víctima de un atraco. Más allá de lamentar el terrible acontecimiento decide por el contrario celebrarlo invitándonos a su cuarto en donde nos esperaba con alcohol y cigarrillos.

Ya embriagados hasta el tuétano, nos tomamos unas fotos para la posteridad (que hasta el día de hoy no hemos visto aún) luciendo todos muy sonrientes las ropas ensangrentadas de nuestro anfitrión.

Inoportunamente Edwin, amante y conocedor de la cultura y cosmovisión andina sale con uno de sus acostumbrados discursos acerca de la dualidad en el universo andino y de que todo tiene su complemento, su par, su parejita.

Convencido de la veracidad de las palabras de Edwin, nuestro anfitrión le solicita que le “iguale” el otro ojo para que el ojo malogrado no se quede “ch’ulla” (impar) y se haga así la voluntad de los dioses andinos.

Por supuesto Edwin se niega pero ante tanta insistencia accede finalmente a su petición y decide “igualarle” el otro ojo con un certero puñetazo. Desobedecer a los dioses habría derivado tal vez en terribles castigos para nosotros.

 

 

(05). El Aparapita Metalero.

Septiembre de 2003. Cumpleaños de Tiburón. Después de celebrarlo con un poco de alcohol en el Parque de la Unión Nacional, emprendimos la retirada con Edwin ya completamente embriagados por la Av. 6 de Octubre. En el camino nos encontramos con una enorme estructura de metal semejante a un catre gigante que hacía de contenedor de publicidad para un pub en la acera.

Ya eran las 3 de la madrugada del día 27 y como a esa hora la calle estaba vacía decidimos hacernos a los chistosos y llevar el pesado armazón una media cuadra más de donde estaba para bloquear el punto de encuentro más importante de la ciudad: Bolívar y 6 de Octubre.

Nadie nos vió y por las calles aún no había un alma que nos viera y nos reprochara algo pese a que a tres cuadras arriba estaba el Comando de la Policía.

Al final llevamos el armazón disimuladamente unas tres cuadras más abajo y como nadie nos viera aún, decidimos llevarlo a la carrera con la parte de adelante en mis espaldas y la parte de atrás en manos de Edwin sin pensar en detenernos por nada del mundo hasta llegar con el “botín”.

Ya en su casa, Edwin no pudiendo contener la risa, confesó cínicamente que en realidad había sido yo quien había cargado el armazón en mi espalda durante todo el camino. Y hay que escuchar su respuesta a la pregunta de su madre preguntándole por el objeto:

 

“Me lo han regalado mis amigos…”

 

 

(04). El concierto de Edwin.

Octubre de 1999. Imagino yo que este concierto fue una de sus primeras experiencias en cuanto a organización de eventos públicos se refiere y mucha gente de la esena actual  como toda primera vez, esta fue dolorosa pues cuando todo estaba listo: bandas, tragos, gente y demás, se le había olvidado pagar la prima obligatoria que la Alcaldía y Policía exigen por la organización de eventos públicos y más si estos se hacen en el centro de la ciudad como se hizo aquella vez. Edwin sabe desde entonces como buen contribuyente que un concierto “underground” también es un evento público.

 

 

(03). El Tiburón y su Hada Madrina.

Noviembre de 2001. Edwin ya gozaba de cierto grado de independencia y autonomía pues ya contaba con un ambiente propio para desempeñar sus tareas diarias que entre otras incluían largas celebraciones con los amigos que en ocasiones duraban hasta ciete días seguidos.

Increíblemente en uno de esos períodos de tiempo, nadie tenía ni siquiera para comprar un pan que por entonces estaba a 0,20 Bs. y aún así Edwin,  Ricky “Rayón” y Carlitos “Churco” nunca regresaban con las manos vacías cuando se aventuraban en busca de un poco de alcohol.

Ocurrió una vez que un tipo muy amable al que no conocíamos se nos unió en una de esas celebraciones. No vino solo pues trajo consigo un galón con 5 litros de “Ron Pirata” para compartirlo con nosotros. Edwin nos contaría después de que el tipo era el dueño de la tienda de la esquina que nos proveía de alcohol y que en realidad pertenecía a la comunidad de las “frutitas” y quien simplemente no podía resistirse y decirle que NO a cualquier individuo que luciera el pelo largo, llevara botas y pantalones ajustados. De ahí tanto desprendimiento y amabilidad para con nosotros. Con razón se nos hacía extraño su cinturón de Arco Iris.

También comprendimos la razón por la cual los muchachos tardaban como hora y media antes de regresar con el trago siendo que la tienda del cuate estaba tan solo a unos pasitos de nuestro improvisado boliche.

 

 

 

(02). La novia celosa.

Noviembre de 2001. Eran tiempos en que ninguno de nosotros contábamos aún con una computadora, un reproductor de MP3/MP4, peor aún con un celular para jugar al Tetris. Nuestro único entretenimiento en cada reunión consistía en escuchar una y otra vez los tapes (casettes) de nuestras bandas favoritas hasta el día en que la grabadora empezó a tragarse las cintas de audio.

Durante un tiempo entonces nuestro único entretenimiento consistió en echarle interminables ojeadas a las páginas de una vieja revista porno en donde podíamos apreciar y admirar a damas que mostraban tan grande la ranura que casi podíamos verles el hígado.

Ocurrió que eso lo hacíamos muy a menudo delante de una de las novias nuestras, la misma que sintiendo que su novio le prestaba menos atención a sus atributos propios, agarró la revista y la despedazó inmisericordemente acabando la misma en miles de pedazos.

Tal era el grado de ociosidad y tiempo que teníamos disponible en aquellos tiempos y siendo que no teníamos nada importante qué hacer; que nos dimos a la tarea de reconstruir la revista en su totalidad, juntando todos y cada uno de los pedazos con un poco de cinta adhesiva. La paciencia hace milagros.

  

 

(01). El abrazo de Cochabamba.

Junio de 2001. Cochabamba. Primer concierto de Acedia fuera de Oruro. Habíamos ensayado como locos y con un entusiasmo que no se ha visto en la banda desde entonces para participar del “Metal Fest” de ese año.

Un día antes del viaje, algún dirigente cocalero (no voy a decir quien) había tenido la brillante idea de organizar un bloqueo en esos días. La banda estaba deshecha y no tuvimos otra que resignarnos a quedarnos. Pero el obstinado Tiburón insistía en que debíamos viajar contra viento y marea a lo cual el resto se opuso tenazmente. Ante tanta insistencia llegué incluso a gritarle a Edwin como verdulera de un mercado paceño.

Al final no nos hizo caso. El estaba decidido a irse. Convenció a algunos miembros de la banda y a falta de buses tomaron un taxi y llegaron a Cochabamba unas cuantas horas después.

Los que quedamos en Oruro estábamos convencidos que los insensatos estarían de vuelta de un momento a otro. Sin embargo la conciencia nos hurgaba en las bolas por dejar que el Tibu y la banda enfrenten solos un bloqueo cocalero.

Indecisos y sin saber qué hacer desde las 11 de la mañana, al final decidimos viajar a las tres de la tarde, conscientes de que al menos lo intentaríamos aunque nos quedáramos a medio camino.

Increíblemente tuvimos un viaje tranquilo. Por alguna razón los bloqueos habían cesado y nada nos detuvo hasta la Terminal de Cochabamba. De ahí tomamos un taxi hasta el Teatro “Ulises Hermosa” lugar del concierto y una vez allí ese fortísimo abrazo con el Tiburón después de la pelea del día anterior y el abrazo con el resto de la banda que ya nos esperaban en el Teatro, es el número uno de este Top Ten (-2) de mis mejores recuerdos con Edwin. Lo que vino después es para olvidarlo.

 

No es que nos hayamos olvidado del cumpleaños de Edwin. Simplemente nos acordamos tarde ya sea por tanto trabajo, estrés, viajes etc. que hace que en algunas ocasiones uno olvide hasta de cambiarse la ropa interior.

Edwin Llusco Quispe (Tiburón), Independencia: 26 de Septiembre de 19… Cochabambino de nacimiento pero más orureño que la diablada misma. Creo yo que no hace falta un día especial como su cumpleaños para decirle que lo queremos mucho y que no dejamos de agradecerles a los dioses andinos por haber permitido  su existencia entre nosotros.   Y no olvidemos que fue el pilar par la existencia del metal en oruro  dale tiburon

 

 

Dark Simphony Fest II en Cochabamba (7 y 8 de Diciembre)

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CONCIERTO SEP/21/2007: Acedia

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